Por Alfredo Schclarek Curutchet
En las últimas seis décadas, la colaboración entre los Bancos Multilaterales de Desarrollo (BMD) y los Bancos Nacionales de Desarrollo (BND) ha experimentado un aumento, un declive y, últimamente, un renacimiento. Luego de la Segunda Guerra Mundial, el Banco Mundial ayudó a los gobiernos de los países en desarrollo a crear BND y luego los utilizó como conducto para otorgar préstamos a los países en desarrollo. Sin embargo, este impulso se estancó a partir de la década de 1980, cuando los BND fueron criticados por su mal gobierno e ineficiencia. Recientemente, especialmente después de que el cambio climático y los Objetivos de Desarrollo Sostenible encabezan la agenda del desarrollo internacional, los BMD han renovado su interés en cooperar con los BND para financiar proyectos de energía verde u otros proyectos de desarrollo (Naciones Unidas, 2015, 2019 y 2020).
Este nuevo impulso a los BND se da en un nuevo contexto internacional con un mundo que no sólo está más integrado comercialmente sino también más integrado financieramente en comparación con el pasado. Ciertamente, la colaboración entre los BMD y los BND, a través de acuerdos de préstamo, puede ayudar a mejorar la complementariedad de los recursos financieros internacionales y el conocimiento del mercado local. Sin embargo, también existen riesgos que pueden poner en peligro esa colaboración. Entre los principales riesgos, el acceso a divisas (USD) por parte de los BND a través de préstamos de los BMD no solo genera riesgos cambiarios y de crisis de balanza de pagos (falta de divisas en el mercado cambiario local) para los actores financieros involucrados, sino también para el sistema financiero en su conjunto.
En el artículo de Schclarek y Xu (2020) se estudian teóricamente las restricciones cambiarias y de crisis de la balanza de pagos que surgen cuando un BMD se financia a sí mismo en el mercado internacional de bonos para luego prestar divisas a un BND a fin de que realice préstamos a proyectos de inversión real en su propio país. Los proyectos de inversión real pueden ser de dos tipos: que promueven las exportaciones (EXIPs), y que generan divisas (por ejemplo, la construcción de un puerto o el desarrollo de la agricultura de exportación), o que están orientados al mercado interno (DOIPs), y que no generan divisas (por ejemplo, una granja solar o un sistema de cloacas). Notar que las DOIPs pueden ser muy beneficiosas y útiles socialmente, e incluso redituables económicamente; aquí eso no se pone en duda, sino que nos concentramos en analizar si generan divisas con las cuales poder repagar el préstamo en USD que las financió.
Cuando el financiamiento de los BND se destina a proyectos de inversión que potencian las exportaciones (EXIPs), y que mejoran el futuro saldo de la cuenta corriente, la economía dispondrá de más divisas para repagar el préstamo del BND al BMD sin problemas cambiarios ni de crisis de balanza de pagos. Por ello, el financiamiento de EXIPs reduce los riesgos cambiarios y de crisis de balanza de pagos para los diferentes actores financieros involucrados, pero también para el sistema financiero en su conjunto.
Por el contrario, si los proyectos de inversión que se financian tienen una orientación interna (DOIPs), se generan ingresos en moneda local y no aumenta la oferta de divisas en el país anfitrión. En este caso, al momento de devolver el préstamo en dólares del BND al BMD es necesario que algún otro sector de la economía haya generado o provea las divisas con las cuales repagar los prestamos. Por ello, cuando se financian DOIPs, los riesgos cambiarios y de crisis de balanza de pagos aumentan.
Dado este esquema básico, una pregunta central es cual es el margen que tiene un BND para financiar DOIPs. Del análisis precedente, está claro que si solo se financian EXIPs no hay problemas cambiarios ni de crisis de balanza de pagos, pero la pregunta es si también se puede financiar una cierta proporción de DOIPs. Concretamente, el trabajo de Schclarek y Xu (2020) estudia cual es la proporción óptima de préstamos del BND que se destinan a EXIPs y DOIPs, dado que se enfrentan restricciones cambiarias y de crisis de balanza de pago. Notar que un BMD solo estará dispuestos a otorgar préstamos a un BND si el BMD no tienen pérdidas esperadas por sus préstamos al BND.
Se pueden analizar tres escenarios diferentes en función de la disponibilidad de liquidez en USD en el mercado cambiario local: un primer caso con abundante liquidez en USD, un segundo caso con liquidez normal en USD y un tercer caso con escasa liquidez en USD.
En el caso de abundante liquidez en USD en el mercado cambiario local, las transacciones monetarias involucradas en el reembolso de los préstamos se ejecutan sin afectar significativamente el tipo de cambio o tensar el mercado de divisas. Por ello, el BND puede elegir libremente la proporción de préstamos entre los dos tipos de proyectos de inversión (EXIPs y DOIPs), sin que sea necesario considerar cómo esta decisión afecta al mercado cambiario local. En caso de preferir los DOIPs, el BND puede prestar todos sus fondos a los DOIPs, y nada a los EXIPs, sin que esto signifique caer en problemas cambiarios o de crisis de balanza de pagos.
En el escenario con liquidez normal en USD en el mercado cambiario local, el BND debe considerar cómo su decisión de financiar EXIPs y DOIPs afecta al mercado cambiario local y al tipo de cambio, pero no debe preocuparse por problemas de balanza de pagos (es decir, falta de fondos en USD). En este caso, el BND puede prestar una cierta proporción a los DOIPs, pero tiene que asegurarse de financiar una cierta proporción a los EXIPs para aumentar la oferta futura de USD en el mercado cambiario local y evitar una gran depreciación de la moneda local a futuro. Una gran depreciación futura reduciría el valor en USD de los ingresos en moneda local de los DOIPs, comprometería la capacidad de devolver los prestamos al BMD a futuro y significaría que el BMD tendría una perdida esperada por su préstamo al BND. Notar, sin embargo, que, en este escenario con liquidez normal en USD, parte de los dólares que se utilizan para repagar al BMD surgen de otros sectores económicos o por tener acceso a las reservas de divisas del banco central.
En el escenario con escasa liquidez en USD en el mercado cambiario local, el BND está restringido por lo que sucede en el mercado cambiario y enfrenta restricciones de la balanza de pagos (es decir, falta de liquidez en USD). En este caso, no hay ningún otro sector de la economía que esté dispuesto a aportar USD, y por ello, las divisas generadas por los EXIPs son la única fuente disponible de divisas para repagar los prestamos al BMD. Por ello, el BND tiene que elegir una proporción suficientemente grande de financiamiento a los EXIP para que estos produzcan suficientes fondos en USD para repagar los préstamos del BMD. Notar que, aun cuando los EXIPs son la única fuente de divisas para repagar los prestamos al BMD, es posible financiar una cierta proporción de DOIPs aun cuando estas no generan divisas. Sin embargo, la proporción de financiamiento a los EXIPs debe ser mayor, y la proporción a los DOIPs menor, que los casos con liquidez abundante y normal en USD.
En los casos de liquidez normal y escasez de USD en el mercado cambiario local, si el BMD desea aumentar la proporción de préstamos que el BND otorga a los DOIP (por ejemplo, porque quiere fomentar la transición verde), el BMD debe reducir la tasa de interés que cobra por su préstamo al BND. Adicionalmente, es importante financiar EXIPs de alta rentabilidad para aumentar la oferta futura de dólares. Además, el BMD puede aumentar su refinanciamiento al BND (capital e intereses) y darle más tiempo para devolver los préstamos. Esto reducirá la demanda de fondos en USD en el mercado cambiario local. Nótese que, en este caso, el BMD también tiene que refinanciar sus propios pasivos (emisión de bonos) en el mercado internacional de bonos. Finalmente, mientras mayor sea el uso de proveedores locales para los proyectos de inversión, y menor sea la proporción de suministros importados, mayor es la proporción de DOIPs que se pueden financiar.
Referencias
Naciones Unidas (2015). “Addis Ababa Action Agenda of the Third International Conference on Financing for Development”, Naciones Unidas.
Naciones Unidas (2019). “Financing for Sustainable Development Report 2019”. Inter-agency Task Force on Financing for Development, Naciones Unidas.
Naciones Unidas (2020). “Financing for Sustainable Development Report 2020”. Inter-agency Task Force on Financing for Development, Naciones Unidas.
Schclarek, A. and J. Xu (2020). “Exchange Rate and Balance of Payment Crisis Risks in the Global Development Finance Architecture», Working Paper Series of Agence Francaise de Development No. 181, Paris, France.